Cuando estudiaba en la universidad, necesitaba un proyecto de graduación. Busqué oportunidades y ofrecí mis servicios en un colegio técnico local. Me pidieron con urgencia un manual de procedimientos, así que lo desarrollé durante seis semanas, sintiéndome feliz con lo que estaba haciendo. Recibí elogios en la universidad por el resultado.

Después, empecé una certificación como Asistente Virtual, donde el tema volvió a surgir. Al unir todas estas experiencias, descubrí mi verdadera vocación: ayudar a emprendedoras digitales a tener negocios organizados y productivos mediante la asistencia virtual y la documentación de procesos.